BREVE HISTORIA DEL EMPRENDEDURISMO

A través de la historia teórica del emprendedurismo, estudiosos de múltiple disciplinas en las ciencias sociales han lidiado con un diverso número de interpretaciones y definiciones para conceptualizar esta idea abstracta. Con el tiempo, “algunos escritores han identificado emprededurismo con la función de carga de incertidumbre, otros con la coordinación de recursos productivos, otros con la introducción de innovación y aun otros con el suministro de capital” (Hoselitz, 1952). A pesar de que ciertos temas continuamente resurgen a lo largo de la historia de la teoría empresarial, actualmente no hay una definición simple de emprendedurismo que sea aceptado por todos los economistas o que sea aplicable a toda economía.

Aunque no hay un consenso solamente acerca de la definición de características del emprendedurismo, el concepto es por lo menos tan antiguo como la disciplina de la economía en sí misma. El término “emprendedor” fue introducido primero a comienzos del siglo XVIII por el economista francés Richard Cantillon. En sus escritos, el formalmente define como emprendedor al “agente que compra medios de producción a precios determinados con el fin de combinarlos” dentro de un nuevo producto (Schumpeter, 1951). Después, casi en la misma epoca, el economista francés J.B. Say aumento a la definición de Cantillón incluyendo la idea de que el emprendedor ha de ser un líder. Say afirma que un emprendedor es alguien que une a otras personas con el fin de crear un organismo único de producción (Schumpeter, 1951).

En la siguiente centuria, los economistas Británicos tales como Adam Smith, David Ricardo, and John Stuart Mill, tocaron brevemente en el concepto de emprendedor, aunque ellos se referían a este bajo el amplio término de gestión empresarial. Mientras que los escritos de Smith y Ricardo sugieren que ellos igualmente subvaluaron la importancia del emprendedurismo. Mill sale de su curso para acentuar el significado del emprendedurismo para el crecimiento económico. Es su escrito, Mill afirma que el emprendedurismo requiere “habilidades no ordinarias” y lamente que de hecho no exista una buena palabra equivalente en inglés que acompañe al significado específico del término francés entrepreneur (Schumpeter 1951).

La necesidad del emprendedurismo para la producción fue primero formalmente reconocida por Alfred Marshall en 1890. En su famoso tratado Principios de Economía, Marshall afirma que hay cuatro factores de producción: tierra, trabajo, capital y organización. La organización es el factor de coordinación, el cual une a los otros factores, y Marshall cree que el emprendedurismo es el elemento motriz de la organización. Mediante la organización creativa, los emprendedores crean nuevas commodities o mejoran “el plan de producción de una vieja commodity” (Marshall 1994). Para hacer esto, Marshall cree que los emprendedores deben tener una comprensión transversal de sus industrias, y ellos deberán ser líderes naturales. Adicionalmente, los emprendedores de Marshall deberán tener la habilidad de prever cambios en la oferta y la demanda y estar dispuestos a actuar en tales previsiones de riesgo en la ausencia de información completa (Marshall, 1994).

Como Mill, Marshall sugiere que las habilidades asociadas con el emprendedurismo son raras y limitadas en su origen. El afirma que las habilidades del emprendedor son” tan grandes y tan numerosas que muy poca gente puede exhibir todas ellas en un muy alto grado” (1994). Marshall, sin embargo, da a entender que a la gente se le puede enseñar para adquirir las habilidades que sean necesarias para ser un emprendedor. Desafortunadamente las oportunidades para los emprendedores son frecuentemente limitadas por el entorno económico que les rodea. Adicionalmente, aunque los emprendedores comparten algunas habilidades comunes, todos los emprendedores son diferentes, y sus éxitos dependen de las situaciones económicas en las cuales ellos intentan sus emprendimientos (Marshall, 1994).

Desde el tiempo de Marshall, el concepto de emprendedurismo ha continuado sufriendo evolución teórica. Por ejemplo, mientras que Marshall creía que el emprendedurismo fue simplemente la fuerza motriz detrás de la organización, muchos economistas hoy, pero ciertamente no todos, creen que el emprendedurismo es ensimismo el cuarto factor de la producción que coordina a las otras tres (Arnold, 1996). Desafortunadamente, aunque muchos economistas aceptan que el emprendedurismo es necesario para el crecimiento económico, ellos continúan debatiendo sobre el actual rol que los emprendedores juegan en generar el crecimiento económico. Una escuela ideológica en emprendedurismo sugiere que el rol del emprendedor es el de un portador de riesgo frente a la incertidumbre y la información imperfecta. Knight dice que un emprendedor estará dispuesto a afrontar el riesgo de la nueva aventura si él cree que hay un chance significante para una ganancia (Swoboda, 1983). Aunque muchas teorías actuales sobre el emprendedurismo aceptan que hay un componente inherente de riesgo, que la teoría del portador de riesgo sola no puede explicar por qué algunos individuos vienen a ser emprendedores y otros no. Por ejemplo, siguiendo desde Knight, Mises afirma que cualquier persona que soporte el riesgo de perdidas o cualquier tipo de incertidumbre podría ser llamado un emprendedor bajo esta estrecha definición de que el emprendedor es portador de riesgo. (Swoboda, 1983).

Así, para construir un modelo de desarrollo del emprendedurismo es necesario observar a algunas de las otras características que pueda explicar porque algunas personas son emprendedores; el riesgo puede ser un factor, pero no es el único.

Otra escuela moderna de pensamiento informa que el rol del emprendedor es el de un innovador; sin embargo, la definición de innovación es aún ampliamente debatible. Kirzner sugiere que el proceso de innovación es en realidad un espontáneo “aprendizaje involuntario” (Kirzner, 1985,10). Entonces, la característica necesaria del emprendedor es la vigilancia, y no son así necesarias -aparte del reconocimiento de oportunidades- habilidades intrínsecas. Otros economistas en la escuela de la innovación se alinean mas con Mill y Marshal que con Kirzner; ellos afirman que los emprendedores tienen habilidades especiales que les permiten participar en los procesos de innovación. En esta línea, Leibenstein afirma que la característica dominante y necesaria de los emprendedores es que ellos son llenadores de vacíos: ellos tienen la habilidad de percibir donde falla el mercado y de desarrollar nuevos bienes o procesos que el mercado demanda pero que no están actualmente siendo provistos. Así, Leibenstein mantiene que el emprendedor tiene una habilidad especial para conectar diferentes mercados y arreglar fallas y deficiencias del mercado. Adicionalmente, a partir de las teorías tempranas de Say and Cantillon, Leibenstein sugiere que el emprendedor tiene la habilidad para combinar varias entradas dentro de las nuevas innovaciones con el fin de satisfacer la demanda no cubierta del mercado (Lebeistein, 1995)

Aunque muchos economistas aceptan la idea que los emprendedores son innovadores, puede ser difícil aplicar la teoría del emprendedurismo en los países de menor desarrollo (Less Developed Countries: LDCs). Frecuentemente en los LDCs, los emprendedores no son necesariamente innovadores en el tradicional sentido de la palabra. Por ejemplo, los emprendedores en los LDCs, raramente producen productos nuevos; más bien, ellos imitan los productos y los procesos de producción que han sido inventados en algún otro lado del mundo (típicamente en los países desarrollados). Este proceso, el cual ocurre en los países desarrollados también, es llamado “imitación creativa” (Drucker, 1985). El término parece inicialmente paradójico; sin embargo es bastante descriptivo del proceso de innovación que actualmente ocurre en los LDCs. La imitación creativa toma lugar cuando los imitadores entienden mejor como una innovación puede ser aplicada, usada o vendida en su nicho de mercado particular (es decir, sus propios países) que las personas que han creado o descubierto la innovación original. Así, el proceso de innovación en los LDCs es frecuentemente la imitación y adaptación, en vez de la noción tradicional de un nuevo producto o proceso de descubrimiento y desarrollo.

Como la discusión anterior demuestra, a través de la evolución de la teoría del emprendedurismo, los diferentes estudiosos han postulado diferentes características que ellos creen que son comunes entre la mayoría de los emprendedores. Mediante la combinación de las dispares teorías anteriores, un conjunto generalizado de cualidades del emprendedurismo se pueden desarrollar. En general, los emprendedores son portadores de riesgo, coordinadores y organizadores, rellenadores de vacios, líderes e innovadores o imitadores creativos. Aunque esta lista de características no es de ninguna manera exhaustiva, puede ayudar a explicar porque algunas personas son emprendedoras y otras no los son. Así, mediante el fomento de estas cualidades y habilidades, los gobiernos pueden, teóricamente, alterar la oferta emprendedora doméstica de su país.