domingo, 10 de octubre de 2010

PINCELADAS FILOSÓFICAS EN TORNO A E-LEARNING Y OTROS ASPECTOS

Autor: Fernando Gálvez

Con la venia de todos ustedes, procedo a compartir algunas reflexiones.

El término filosofía, de origen griego, significa amor a la sabiduría. Pero este no es cualquier amor, es un amor contemplativo. Los griegos no utilizaban, como hacemos nosotros con el vocablo amor, un mismo término para designar varias cosas diferentes. Para entender el “filos” o amor contemplativo, ellos lo diferenciaban del “eros” el amor carnal y del “ágape” o amor del compartir con los amigos. Así “filos” designaba un tipo de amor que trasciende lo humano y se proyecta al ámbito contemplativo. Por antonomasia, un filósofo es un hombre contemplativo. El origen de la filosofía y del filosofar está en la contemplación y se caracteriza por la admiración y la curiosidad. Un filósofo es como un niño a quien la realidad continuamente lo sorprende y lo deslumbra.

El concepto clásico que tenemos de “filósofo” está ligado a lo profundo y misterioso. Hay quienes creen que un filósofo es un hombre muy mayor, adornado de una larga barba blanca y unos ojos prístinos y profundos, y que cuando habla sus palabras destilan sabiduría.

También los hay quienes piensan que si algo a alguien es complicado o incomprensible, entonces es filosófico. La verdad es que todos dicen algo de la verdad, pero quien verdaderamente sabe qué es un filósofo, es principalmente un filósofo.

Personalmente me inclino a pensar que un filósofo es aquel que no acepta las verdades por que se las comentan o dicen, sino que indaga y encuentra sus propias respuestas. El escepticismo - doctrina filosófica por la cual se duda de la posibilidad real del conocimiento - es el adorno indispensable que debemos llevar todos los filósofos, es decir una sana desconfianza que nos permite indagar más profundamente en la realidad.

Ahora, nos toca a todos vivir una experiencia de aprendizaje denominada "E Learning", algo impensable en nuestra bellas épocas en que visitábamos las bibliotecas y tomábamos apuntes a mano alzada (todavía tengo ese clásico callito en el dedo índice que caracteriza a nuestra generación donde el docente, era un noble "dictador" porque todos los días nos dictaba las lecciones). Que tiempos aquellos, donde si no apuntabas, no aprendías; hoy los jóvenes dan un clic y la lección está grabada. En nuestra época era muy trabajoso estudiar y aprender. Quizás el secreto perdido del aprendizaje esté en ese huidizo detalle denominado “dificultad”. Hoy todo está al alcance de la mano, el mundo de la información, en el cyber espacio, es una fuente inagotable de conocimiento, tanto del superfluo como del profundo. Hoy todo es más fácil, todo es "copy" y "paste" o como dicen algunos control C y control V y listo. En este mundo de "lo facilito" el aprendizaje es un fruto que cuesta cultivar en nuestros estudiantes, por ello en nuestra desesperación didáctica, de vez en cuando recordamos el viejo principio que guió nuestro aprendizaje - "la letra entra con sangre" y renace en nosotros el "maestro conductista oculto" para darnos algunos consejos

Somos hijos del "conductismo", pero hoy, donde este término es casi una mala palabra, nos hemos convertido en constructivistas y algunos ya han remontado el vuelo más allá del constructivismo hacia las tierras del pensamiento complejo. Pues bien, vean que esta experiencia E Learning tiene un poco de ambos. Por un lado es deseable que se dé una construcción colectiva del conocimiento (constructivismo) y por el otro es importante que se cumplan las actividades con precisión y puntualidad, a veces, conductista. En este contexto me pregunto sobre lo que es realmente el aprendizaje en la modalidad E Learning. Fíjense que interesante, hablamos de E Learning (aprendizaje a través de medios electrónicos) y no de E Teaching (que sería la enseñanza por medios electrónicos). Pienso que este uso del término tiene que ver con lo más esencial de la educación a distancia, vale decir, el aprendizaje como resultado de la auto formación del estudiante. Pensemos por un momento, cuándo realmente nosotros hemos aprendido, ¿cuando estábamos en el aula? o ¿cuando ya no estábamos con el profesor? Personalmente realizo una introspección en mi memoria y observo que las cosas que más se me han grabado son las que el profesor me hacía hacer y no tanto las cosas que él me decía. Este énfasis en el auto aprendizaje hace referencia a la actitud del estudiante; por eso se dice: aprendemos si queremos, aprendemos si estamos motivados, por último aprendemos si nos da la gana independientemente de la guía del profesor expresada en sus palabras o en sus esmerados apuntes. Finalmente aprende el que quiere aprender. Este principio es clave en la Educación a Distancia y por ello se parte del principio de creer, "ex profeso", que todos quieren aprender y realmente lo hacen por esa motivación que les ha conducido a participar de este tipo de procesos de formación. Ahora un adornito escéptico: ¿será eso verdad?, pues tenemos que creer que sí, porque si no se nos viene abajo el andamiaje epistemológico de la Educación a Distancia, cual es el creer firmemente que todos están involucrándose en el proceso, lo están disfrutando y aprovechando y cada vez que se hace algo lo hacen con entusiasmo y motivación; y claro si es así, díganme, como no se va a producir un verdadero aprendizaje.

Otro adornito de escepticismo: ¿tenemos el tiempo suficiente para disfrutar el aprendizaje a distancia? o ¿estamos en medio de esa vorágine de salvar el mundo con nuestras actividades laborales e iluminar el destino de las siguientes generaciones, que a no dudarlo, dependen de nuestra lámpara del saber, amén de estar también dedicados con tesón a buscar el escurridizo dinero en cuanto lugar de trabajo podemos encontrar?

Vivimos tiempos muy dinámicos donde la globalización y la revolución del conocimiento nos desafían a no quedarnos atrás. Vivimos los tiempos de la post modernidad, casi sin darnos un respiro para detenernos y filosofar. Les invito a poner un poco de freno al frenesí de nuestras actividades cotidianas y a recordar que este Diplomado forma parte de un novedoso plan de formación académica apoyado esencialmente en el "auto aprendizaje". La oferta académica base de este diplomado, hace del mismo, un puente para que todos ustedes se conviertan en verdaderos especialista, masters y Doctores en "Estrategias de Gestión Académica". Todos ustedes conocen el mentado "PhD" que con tanta satisfacción dice del que lo porta que es un "Phylosophy Doctor", es decir, un Doctor en la Filosofía de la especialidad que estudia. En el caso de ustedes hará referencia a que se convertirán en verdaderos Doctores en Estrategias de Gestión Académica. Que gran responsabilidad pesa sobre cada uno de ustedes para que se conviertan en verdaderos cientistas, de la Gestión Académica universitaria por supuesto. Miren que interesante es esto del mundo académico. Las clases magistrales son válidas hasta obtener un Master, hasta allí llega la importancia del maestro. Cuando se inicia el camino del Doctorado, las clases son muy pocas y la mayoría de ellas son sólo orientativas; el Doctor tiene que hacerse a sí mismo en el espinoso y solitario camino de la investigación. Por eso me decía un viejo amigo: "es fácil ser Doctor, lo difícil es parecerlo". Miren lo importante que es el "auto aprendizaje" para alcanzar los más altos vuelos del saber científico; exactamente la misma importancia que tiene el auto aprendizaje en un proceso de formación a distancia como el que estamos realizando.

No olviden que después de cumplir las tareas lo más importante, lo más esencial es "aprender". Nosotros haremos una valoración aproximada de su dedicación al Módulo; pero quien realmente se evaluará será usted, cuando se mire a sí mismo y se diga: !Aprendí, por que quise aprender!

Confiamos en que este momento, con sus bemoles de organización y sus dificultades tecnológicas, esté suscitando en ustedes un profundo análisis sobre nuestra realidad universitaria. Recordemos que estamos trabajando sobre el primer Plan Estratégico que ha elaborado la UMSA desde las mismas raíces filosóficas de la Universidad. Como toda obra humana es falible y también perfectible; quede para todos nosotros la invitación de hacer carne todo lo bueno, noble y bello que contiene este documento. Como decía Marx en su tesis sobre Feuerbach: "hasta ahora la filosofía ha interpretado el mundo, cuando de lo que se trata es de cambiarlo". Gracias y disculpas si este exordio incomodó a alguien, no fue esa mi intención, vaya para todos unos cordiales saludos: Fernando

FILOSOFANDO EL CAMBIO

FILOSOFANDO EL CAMBIO

Autor: Fernando Gálvez

Aproximadamente cinco siglos antes de Cristo, se presentaban en las arenas del debate filosófico dos filósofos y dos paradigmas para interpretar la realidad: Parmenides de Elea con su máxima “el ser es, el no ser no es” y Heráclito de Éfeso con su máxima “panta rei” o “todo cambia”.

Estas dos posiciones han estado siempre presentes en todo el devenir de la humanidad. Los que creen que las cosas son o no son y aquellos que creen que en realidad todo está en un continuo cambio.

En el análisis que hemos efectuado sobre el Plan Estratégico Institucional se situaba desde tres visiones: conservadora (al estilo del filósofo Parménides); reformista y transformadora (al estilo del filósofo Heráclito).

Desde una óptica gnoseológica deberemos coincidir que un sesgo a nuestro trabajo viene dado por el hecho de “estar en el bosque” y no poder tomar la suficiente distancia (en algunos casos) para poder tener una visión más clara de conjunto a partir de ver la realidad “fuera del bosque”, es decir, más allá de la Universidad. Sin embargo es loable que muchos de ustedes han colocado, como decimos, el dedo en la llaga y lo han hecho con valentía y sinceridad.

Todos tenemos una percepción diferente del cambio. En este contexto permítanme compartir con ustedes mi percepción del cambio que vive nuestro país.

La nueva Constitución Política del Estado trae aparejada una serie de cambios en las leyes que a todos nos tiene desconcertados por el revuelo social que suscitan.

El nuevo Estado Plurinacional Comunitario está en construcción sobre las ruinas del viejo Estado Republicano. Esta construcción aún no está muy clara por las diferentes corrientes ideológicas que levantan una espesa bruma y nos impiden ver con claridad lo que es el nuevo Estado Plurinacional Comunitario.

Se nos habla de una nueva Gestión Pública en el contexto de la “descolonización del Estado desde el Estado”. Aunque es evidente que la nueva gestión pública será nueva porque ahora todos los “funcionarios públicos” se transformarán en “verdaderos servidores públicos”. Es obvio que esto tiene que ver con profundos cambios cualitativos de las personas, con una verdadera “convetio more”, una “conversión de costumbres”. Este cambio, sin duda, se espera que transforme las estructuras organizacionales en los nuevos escenarios de la “transparencia”, la “descolonización”, la “interculturalidad”, el “plurilinguismo” y la lucha contra la corrupción. Básicamente todo nuestro actuar como funcionarios públicos parte de tres principios: ama sua (no robar), ama llulla (no mentir) y ama quella (no ser flojo) para poder alcanzar el Sumaj Qamaña (el vivir bien).

La dialéctica política parece conducirnos al escenario de la vivencia de ser “funcionarios públicos” en “instituciones públicas” en el fondo diferentes de los “funcionarios públicos del gobierno central” y de las “instituciones públicas del gobierno central”. Esta dicotomía es posible por el principio de la autonomía por el cual nuestra universidad es independiente de las ideologías de los gobiernos de turno.

Creo que no sería malo ser “diferentes” siempre y cuando seamos cualitativamente mejores que los otros funcionarios e instituciones del nivel central de gobierno. Lo cierto es que nuestra casa superior de estudios, desde hace mucho tiempo, está atravesando una crisis institucional severa. La Tesis del MSc Humberto Rosso Morales nos presenta esta realidad en el contexto de una profunda autoevaluación crítica. Podemos estar o no de acuerdo con estas críticas, pero en lo que sí debemos estar de acuerdo es en la necesidad de lograr cambios y transformaciones de fondo y de forma.

Espero que el análisis hasta ahora efectuado por todos ustedes fortalezca estrategias globales y sectoriales que enaltezcan nuestra casa superior de estudios y la pongan a tono con todos los procesos de cambio tanto políticos como sociales.

Es evidente que la luz del conocimiento en ningún momento nos llevará a tranzar con el engaño y con la mentira, eso sería contrariar la misión fundamental que tiene una Universidad en el contexto social.

Siendo autocríticos no podemos negar lo lento e ineficiente de la mayor parte de nuestro aparato burocrático, producto de una cultura organizacional en muchos casos cosificada en procesos ya caducos. Tampoco podemos negar la existencia de grupos de poder y pugnas internas de carácter político e ideológico que le hacen, en la mayor parte de los casos, un flaco favor a la democracia universitaria. Platón, filósofo del siglo V a.d.c. decía que la mejor forma de gobierno no era la democracia, sino la aristocracia donde “aristos” significa “los mejores”, es decir, el gobierno de los hombres con mayores méritos. Quizás deberíamos tener una aristo democracia. También es evidente que muchas de nuestras autoridades hacen grandes esfuerzos por cambiar la pesada burocracia y por alcanzar objetivos académicos de excelencia.

Valga este nuestro módulo, para alinearnos por el mejoramiento total con lucidez académica e institucional. Las críticas no cambian por sí mismas a las instituciones, lo que produce el verdadero cambio es la transformación de las personas. Al final y ante la impotencia de no poder cambiar todo de una vez, debemos confiar en el “efecto mariposa”: “un pequeño cambio en algún lugar de nuestra Universidad dará inicio al cambio total”.


Para todos un abrazo cordial: Fernando